Policía de Villa Isabela se negó a recibir denuncia sobre desaparición de hacendado

Juan Alberto Perdomo Vargas y de Manuel Francisco Pichardo, señalados como los homicidas principales del hacendado Eduardo Generoso Pérez

 

Ministerio Público quiere liberar al alcalde pedáneo

Uno de los criminales informó que Eduardo Generoso Pérez Rojas y la mujer fueron asesinados el martes

 

ESTERO HONDO, Villa Isabela (Puerto Plata), R.D.

La Policía Nacional, en el municipio Villa Isabela, provincia Puerto Plata, se negó a recibir, en horas de la mañana del pasado jueves, una denuncia sobre la desaparición del hacendado y médico Eduardo Generoso Pérez Rojas, según informaron este lunes familiares del hoy extinto catedrático universitario.

RI fue informado de que parientes del médico y hacendado, muerto a palos por sus empleados, uno de ellos, su hombre de confianza, acudieron al destacamento de la Policía en Villa Isabela, pero allí se negaron a recibir la denuncia de su desaparición.

De acuerdo con parientes del hoy occiso, para que la Policía acudiera al lugar de la tragedia, fue necesario que 10 vehículos, llenos de familiares, se presentaran a la dotación policial.

Los denunciantes dijeron que en la Policía, en dos ocasiones, se negó recibirla la recibir la denuncia sobre la desaparición del doctor Pérez Rojas, bajo el alegato de que quienes debía formular la denuncia eran sus hijos.

 

[Este digital fue informado de que el Ministerio Público, en Puerto Plata, quiere poner en libertad al alcalde pedáneo, Juan Eligio Clase, quien certificó la venta de al menos una vaca, ya estando muerto el hacendado Pérez Rojas. También quiere dejar libre al comprador de las reses, de quien se dijo, era enemigo del hoy occiso.

Un importante funcionario del gobierno, habría intervenido a favor del alcalde pedáneo, de quienes parientes del hoy occiso, acusan de cómplice de su muerte.]

 

Además, alegaron que para recibir la denuncia, deberían ir a la Dirección Regional Norte, en Puerto Plata, ubicada a hora y media de distancia.

Los familiares se quejaron de que por estas trabas de la Policía, se impidió que los asesinos del hacendado, médico de profesión, y de su trabajadora doméstica, Maribel del Carmen Acosta, fueran apresados días antes y que los cuerpos fueran recuperados desde el Jueves, y no el sábado en la noche, como sucedió,

Dijeron, además, que los homicidas pudieron haber escapados por “por un procedimientos policiales tan absurdos que se traducen en complicidad”.

Revelaron que el sábado, ellos mismos (parientes del hoy occiso), junto a un agente policial, apresaron a Juan Alberto Perdomo Vargas, empleado de confianza de Pérez Rojas, mientras compartía con varias personas en la comunidad de Estero Hondo.

Desde allí, siguen narrando, fueron a la casa del hacendado, donde y Juan Alberto Perdomo Vargas empezó fríamente a darles detalles del asesinato y a mostrar el lugar de la ejecución, sin inmutarse.

Acto seguido entregó la escopeta, la cédula y la pistola del occiso, los llevó donde quemaron los cuerpos y justo allí, es cuando se inicia el descubrimiento de todo lo sucedido.

Dr. Eduardo Generoso Pérez

Aunque en principio se informó que la desaparición de Eduardo Generoso Pérez Rojas se produjo el lunes 1 de mayo, que ese mismo día fue asesinado, y el martes, descuartizado, quemado y enterrado por los homicidas, que eran sus empleados, esta versión fue aclarada por Perdomo Vargas.

El homicida hizo saber que el hacendado y su doméstica fueron asesinados, descuartizados, quemados y sepultados el pasado martes.

Los familiares del galeno y hacendado dijeron que tanto el alcalde pedáneo como quienes compraron las vacas robadas, deben ser sometidos a la justicia.

Entienden que el comprador de los animales robados también es cómplice de los hechos y así se sabrá mejor la participación de cada uno en el doble asesinato.

Algunos de ellos claman a los legisladores que estos asesinatos tan despiadados sean contemplados en el Código Penal para que estos criminales no puedan salir de prisión.

Los restos del hacendado y la mujer se encuentran en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), en Santiago, para fines de necropsia.

De acuerdo a fuentes policiales, el médico y la doméstica fueron ultimados a palos por sus propios empleados, tras el hoy occiso descubrir que le estaban robando el ganado e informar que haría la denuncia en la Policía.

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